El Street marketing ha dejado de ser un mero experimento para convertirse en una realidad. Conjuga todas las acciones encaminadas para promocionar, comunicar y posicionar a una marca en un medio urbano o espacio comercial. Se vale de todos los medios, estrategias y tácticas, que procuren un acercamiento directo y real con el producto o servicio.
La publicidad estática se renueva a cuentagotas, recurre a viejas fórmulas conocidas, incluso los anuncios televisivos no muestran un repunte o una tendencia a seguir. Si bien cada vez son más complejas las sociedades de consumo, el Street marketing promete reinventar la concepción de la mercadotecnia.
Los parabuses son un sitio ideal para hacer publicidad: el usuario del transporte público permanece ahí al menos cinco minutos diariamente, entonces, se convierte en un lugar propicio para promocionar y difundir ideas, ganar audiencias además de, potencialmente, hablar de la marca en cuestión.
La publicidad en los parabuses suma elementos sensoriales, texturas, olores y todo elemento que pueda impactar o causar fascinación en el público. Se trata de anuncios dinámicos, con movimiento, muchos de ellos persiguen una labor participativa en el consumidor, no solo al inducirlo a la compra, sino que están diseñados para que funcionen con la intervención de la gente.
Un ejemplo de esto, es un anuncio de una reconocida marca de pilas durante la época invernal en los Estados Unidos. En los dos extremos del parabus hay sensores, que al hacer contacto con ellos, se encienden lámparas de calor, así el público interactúa y se lleva una doble impresión de la marca, primero la originalidad y después la asociación positiva.
La participación en este tipo de publicidad es sutil y la gente tiene un contacto real, físico, directo, con la marca. Contraviene el anquilosado esquema de ponerse en contacto con, o dar “likes” para ver la conclusión de un anuncio; la publicidad en los parabuses apela al ingenio, al humor, a la concientización y por exagerado que parezca, al confort; así lo han hecho mueblerías europeas que sustituyen las bancas de metal o plástico por cómodos sofás o sillas.
En este contexto la publicidad en los parabuses figura como el futuro de la promoción de marcas.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
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