Una corriente moderna
Este valioso movimiento de transformación educativa se consolidó en Europa y Estados Unidos durante los siglos XIX y XX, sin embargo, podemos afirmar que comenzó a gestarse desde el siglo XVI con las enseñanzas de Erasmo de Rotterdam, un humanista renacentista de origen holandés que absorbió la renovación de los conceptos y del conocimiento de su tiempo. Su objetivo fue establecer un sistema de educación donde el ser humano fuera capaz de desarrollarse al máximo. Al respecto, realizó su aporte pedagógico a través de dos obras: Sobre el método del estudio (1511) y La enseñanza firme pero amable de los niños (1529).
La Escuela Nueva también encuentra soporte en los conocimientos reformistas del humanista español Luis Vives, así como en los pedagogos Jean Piaget, María Montessori, Paulo Freire, etc. que con sus ideas consiguieron que este proyecto se instituyera en las aulas.
¿Qué promueve La Escuela Nueva?
Los pedagogos progresistas que se encargaron de difundir La Escuela Nueva, deseaban trascender la educación imperante, envuelta en las evocaciones del enciclopedismo y verbalismo; esta era una educación pasiva, superficial y limitada al programa y al profesor. Por ello, algunos pedagogos reaccionaron y fomentaron la aniquilación de la relación de poder-sumisión entre maestros y alumnos, a través de una innovadora propuesta que sugería que existiera un vínculo de afecto y camaradería entre profesores y pupilos.
Los pedagogos basaron sus argumentos en la psicología infantil y con ello, plantearon la idea de tratar a cada alumno según sus aptitudes a fin de detectar y explotar tempranamente sus respectivos talentos naturales. Ante dicha premisa, el profesor de La Nueva Escuela se convierte en un auxiliar libre que le brinda al alumno, la posibilidad de autogobernarse con el objetivo de que comprenda cómo funciona tanto la observación como la generación de reglas, y así pueda llevar a cabo el despliegue de sus capacidades creativas, imaginativas y su espíritu de incentiva.
En el movimiento de La Escuela Nueva conviven teorías anti-autoritarias, libertarias, independientes y autogestionarias, para que el alumno de forma espontánea externe sus ideas, cultive sus cualidades sociales y de convivencia, ejercite su memoria y demuestre su autonomía.
Modelo educativo de La Nueva Escuela
El modelo educativo centrado en el alumno es fundamental para que este, desarrolle una serie de procedimientos autónomos de pensamiento, acción y reflexión. Apoyar al alumno para estimular sus capacidades lo antes posible y conseguir que logre participar, investigar y buscar respuestas por sí mismo, es primordial para el modelo educativo de La Nueva Escuela.
Este modelo educativo también prioriza la convivencia mediante el intercambio de experiencias y la interacción fluida y respetuosa con los demás, para estimular la participación libre, así como el diálogo y el debate entre los alumnos.
Un enfoque innovador es sinónimo de aprendizaje significativo
Jean Piaget y sus aportes psicopedagógicos promueven el razonamiento científico como parte del pensamiento infantil, mediante una perspectiva evolucionista y una teoría estrechamente vinculada a la lógica matemática, este pedagogo postula una continua transformación del sujeto a través de las constantes y cambiantes exigencias del medio y contexto en que se desenvuelve, las cuales afirma que son asimiladas e interiorizadas para la obtención de conocimiento e ingenio.
Piaget, inclusive sostiene que la inteligencia se desarrolla en función al proceso de adaptación que existe con el medio, es por eso que propone establecer un medio equilibrado y estructurado especialmente para que el sujeto desarrolle una inteligencia sensorio-motriz, para que posteriormente adquiera tanto la preparación como la organización que necesita para crear estructuras lógicas y operaciones concretas y así llegar finalmente a un pensamiento lógico-formal.
María Montessori, también realizó una aportación muy representativa al terreno de la pedagogía. Esta erudita cuestionó los modelos educativos implantados por el fascismo donde se educa al niño en el marco de la alienación y la represión. Ella decidió optar por métodos experimentales que dieron resultados muy exitosos tanto con niños con deficiencias mentales -que aprendieron sin problemas a leer y escribir- como con niños sanos, los cuales, demostraron que al tener libertad y una pluralidad de opciones pudieron ser sus propios maestros y desarrollar al máximo sus capacidades intelectuales, habilidades creativas, sociales, etc.
Montessori señala que los infantes poseen una impresionante capacidad para incorporar conocimientos en su mente, ya que son como esponjas infinitas que absorben todo a su paso, también advierte sobre los periodos sensibles que poseen todos los niños, estos son lapsos efímeros donde aflora un interés o una propensión para realizar alguna actividad, deben ser identificados y aprovechados, ya que son temporales.
Finalmente hace hincapié en la preparación óptima del medio en el que el niño se desenvuelve y donde debe encontrar los elementos que despierten sus deseos por investigar y aprender de una forma independiente, así como en el rol del adulto, el cual debe optar por una actitud respetuosa y humilde frente al discípulo, la relación debe ser cariñosa y de mutua retroalimentación. Los espacios deben ser cálidos, iluminados, ordenados, atractivos y estéticos, en ellos no pueden faltar el lenguaje, la música, la naturaleza y los libros.
El conocimiento como elemento de superación
Por último, la participación de Paulo Freire dentro de la pedagogía también es fundamental para consolidar el humanismo en La Nueva Escuela, ya que su pensamiento libertario, le ofrece a los desposeídos, los conocimientos que necesitan para reflexionar y divulgar la dialéctica que los sacará del anonimato y del silencio, alejándolos de la ignorancia y acercándolos cada vez más a una vida alfabetizada donde pueden participar a través de la palabra y exteriorizar sus opiniones, necesidades y anhelos.
Freire promueve la libertad y la inclusión social de las clases proletarias a través de una educación basada en la práctica, la dinámica y la reformulación de las ideas. La educación de Freire no sólo se centra en la infancia, también le presta atención a los adultos, a quienes suele instruir mediante la palabra generadora, utilizando carteles, diapositivas, imágenes, fotografías y hasta diálogos de experiencias contadas por alguien, todo esto, con el objetivo de abrir las posibilidades de expresión de los espectadores.
