Enfermedades de la neurona motora

Enfermedades de la neurona motora

Las enfermedades de la neurona motora son un grupo de trastornos del sistema nervioso que destruyen las células encargadas de los movimientos, tanto voluntarios como involuntarios, como caminar, hablar, tragar y respirar. Estos padecimientos son progresivos, lo cual significa que empiezan a manifestarse con síntomas leves, hasta la posterior destrucción de la neurona.

Las causas no han sido descubiertas aún, pero se ha detectado que algunos tipos de estas enfermedades son hereditarios, mientras que, en las que son adquiridas, se piensa que agentes ambientales o tóxicos pudieran estar involucrados en la génesis de los padecimientos.

Una de las enfermedades de la neurona motora más conocida, que llega a ser fatal cuando al final se interrumpe el funcionamiento de todos los músculos voluntarios, es la esclerosis lateral amiotrófica (ALS, por sus siglas en inglés), también llamada enfermedad de Lou Gehrig. Gran parte de las personas que la padece también tendrá debilidad y consumo de los músculos bulbares (músculos que controlan el habla, la deglución y la masticación).

Generalmente los síntomas se notan primero en los brazos y las manos, las piernas o en los músculos de la deglución. La debilidad y la atrofia muscular se producen en forma desproporcionada en ambos lados del cuerpo. Los pacientes pierden fuerza y la capacidad de mover los brazos, las piernas y el cuerpo. Usualmente, los pacientes requieren un respirador (asistencia mecánica) cuando los músculos del diafragma dejan de funcionar.

A pesar de las personas que padecen ALS viven un promedio de 10 años desde el diagnóstico, el famoso físico Stephen Hawking ha vivido por más de 50 años desde que fue diagnosticado y desde 1986 utiliza un sistema computarizado que le permite escribir y hablar.

La ALS también cobró cierta relevancia en los medios gracias al llamado “Ice Bucket Challenge”, o “reto del balde de agua helada”, en el cual los participantes vaciaban sobre su cabeza un recipiente con agua helada, para promover conciencia sobre la enfermedad.

Ishtar González Rivas


Universidad Mexico