La memoria es un mecanismo del cerebro que nos permite asimilar, retener y recuperar información del pasado, el cual se establece gracias a las conexiones sinápticas de las neuronas, produciendo redes neuronales que permiten tener un cúmulo de información y experiencia del pasado, pero ¿qué relación tiene esto con Facebook?
Cuando se publica en esta red social, esperamos siempre retroalimentación, es decir, buscamos que nuestro contenido genere alguna expectativa en las personas; es entonces que se establece el fenómeno de recordar, o sea, sabemos que hemos escrito algo y eso debe de ser comentado y le concedemos una importancia especial.
Desde el punto de vista textual, la memoria funciona mejor con textos breves, somos capaces de recordar breves publicaciones a diferencia de textos largos y trabajados, debido al fenómeno de percepción que opera de distinta manera en cada ser humano; sin embargo las redes sociales fueron concebidas bajo este precepto y han tenido un éxito descomunal.
Los textos funcionan como las palabras habladas: mientras más naturales y sinceras sean, las recordaremos más. Esta es una situación que adolece de gramática y de estilo, donde más bien se trata de una cuestión de espontaneidad, sin embargo esto no quiere decir que se omita o pase por alto la construcción de una frase gramaticalmente correcta, sino que es recomendable escribir con sencillez ya que eso tiene un impacto mayor en la decodificación del receptor.
La navegación en Facebook es sencilla. En esta red social se ven las actualizaciones de los amigos, noticias y páginas que se siguen; esta información se renueva al menos tres veces al día y esta frecuencia breve nos permite recordar qué se ha escrito o qué han dicho los contactos. Los mensajes, las actualizaciones y la situación de “estado”, simplifican la navegación y favorecen la retención de información.
Lo que “posteamos” o recomendamos habla mucho de nosotros mismos. Si esta es la idea, hay que procurar que haya una buena percepción de los otros hacia uno. Los individuos catalogamos o etiquetamos a ciertas personas por su comportamiento, en esta red social sucede igual, ya que nos acercamos a aquellos que nos despiertan cierto interés y omitimos a los que nos causan hastío, provocando incluso la eliminación de la lista de amigos.
Las redes sociales funcionan de manera similar al comportamiento humano cotidiano, las conductas se definen por los intereses o lo que externemos, las personas nos recordarán y los recordaremos a partir de ciertas etiquetas que hemos hecho de los individuos; así opera la memoria en las redes sociales y, aunque parezca extraordinario, Facebook nos puede decir de manera parcial, cómo es una persona sin necesidad de conocerla físicamente.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
