¿Qué puedo hacer para avanzar en mi proceso de duelo?

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La situación de pandemia que vivimos desde hace más de un año ha generado que el duelo se convierta en un tema de interés y, sobre todo, nos ha hecho buscar formas adecuadas de afrontarlo.

Este concepto hace referencia a cualquier pérdida que experimentemos en nuestra vida: trabajo, pareja, amistad, casa, dinero o un ser querido; y debido a la demanda generada por la situación actual nos enfocaremos en las estrategias que podemos seguir ante el duelo por el fallecimiento de un ser querido.

Lo complejo de un duelo

Generalmente, el proceso se resuelve sin excesivas dificultades; sin embargo, es importante tener en cuenta la posibilidad de que aparezcan complicaciones en el duelo con el objetivo de tratarlas lo más pronto posible, ya que se ha visto que las personas que presentan alguna complicación tienen mayor probabilidad de padecer algún trastorno físico e incluso aumenta la probabilidad de conductas de alto riesgo como el suicidio (Alberola, Adsuara y Reina, 2007).

Para autores como Worden y Neimeyer, el duelo no se trata únicamente de un estado en el que se sumerge una persona tras la pérdida, sino que implica un proceso activo. Se trata de un tiempo en el que la persona ha de realizar diferentes tareas, de manera gradual, las cuales le ayudarán a retomar su vida e ir avanzando en el proceso de duelo.

Para esto se proponen 5 puntos básicos para avanzar en el proceso:

1. Reconocer la realidad de la pérdida.

Neimeyer considera que la pérdida se sufre no solo como individuos, sino también como miembros de sistemas familiares, de forma que hay que reconocer y hablar de ésta con todos los afectados, incluyendo niños, personas enfermas o mayores. Comúnmente se evita hablar con los demás, sobre todo aquellos que consideramos vulnerables, pero esto solo representa un equivocado intento de “protegerlos”.

2. Abrirse al dolor.

Hace referencia a la necesidad de reconocer y darse tiempo para sentir el dolor y la pena por la muerte; aunque es importante alternar entre la atención a los sentimientos y la atención a tareas cotidianas.

3. Revisar nuestro mundo de significados.

Tras una pérdida importante es probable que no solo cambie nuestra vida a un nivel práctico, sino que este hecho nos haga replantearnos todo nuestro sistema de creencias y valores que había sustentado hasta el momento nuestra vida.

4. Reconstruir la relación con lo que se ha perdido.

Para Neimeyer la muerte no acaba con las relaciones, sino que las transforma, de manera que hay que reconvertir la relación, la cual pasa a estar basada en una conexión simbólica en lugar de la presencia física.

5. Reinventarnos a nosotros mismos.

Tras una muerte importante podemos recuperarnos y llevar una vida totalmente satisfactoria; es seguro que no volveremos a ser igual que antes, pero podemos encontrar una nueva identidad que encaje con el nuevo rol. Esto significa enfocarnos en los otros roles que tenemos dentro de la familia o sociedad.

El duelo es un proceso que cada quién vivirá de manera individual y que no necesariamente cumple con un tiempo determinado, pero es posible adaptarnos gradualmente a la nueva realidad hasta el momento en que podamos aceptarla e integrarla en una nueva identidad; el camino puede ser largo, complejo y difícil, por lo que se recomienda buscar la ayuda de un profesional cuando identifiquemos alguna dificultad en la manera de llevar nuestro duelo.

 

Psic. Ariana González Trejo.

Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)

Referencia

Alberola, V. Adsuara, L. & Reina, N. (2007). Intervención Individual en el Duelo. En Carlos C. y Pedro S. Duelo en Oncología. (pp. 137-157). Sociedad Española de Oncología Médica.