El ser padre de familia implica una gran responsabilidad. La misión de guiar moralmente a una o más personas, es un rol que se adquiere para toda la vida.
El ejemplo paterno implica compromiso, obligaciones, atención, amor hacia los hijos y la enseñanza de ciertos valores que se sabe repercutirán en la formación del niño, quien años después, se convertirá en un adulto capaz de tomar sus propias decisiones.
El dar un buen ejemplo no es una tarea fácil, ya que desafortunadamente el ser padre no es una profesión que se termine en algunos años o se adquiera un título que avale la experiencia adquirida. Lo que sí es un hecho, es que todo padre tiene el mismo objetivo: formar personas de bien, bajo la premisa de aplicar los valores inculcados durante la formación familiar.
Aquí algunos consejos para ser un buen padre:
En la actualidad, dedicar tiempo a la familia es una situación que implica más que el simple hecho de estar físicamente; el convivir con los hijos, preocuparse y prestar atención a sus ocupaciones, es un buen comienzo para propiciar una adecuada comunicación.
La confianza entre padre e hijo(a) debe buscarse todos los días, ya que de ella dependerá el futuro moral del hijo(a). Propiciar un ambiente familiar que sea ameno y apto para expresar libremente cualquier inconformidad o afición, forjará de manera amorosa la relación entre ambos.
Otro aspecto de gran importancia en la relación paterna, es el respetar las decisiones de los hijos, aunque en algunas ocasiones no sean las correctas, se debe entender que la función de un padre es el aconsejar, más no actuar por ellos, puesto que una buena educación dependerá en gran medida de sus propias experiencias, ya que solo así comenzarán a construir un camino de vivencias.
El ser coherente con las peticiones de respeto hacia los hijos, es un paso que no sólo depende del padre, sino de toda la familia. El ejemplo paterno se debe desenvolver bajo una percepción de principios tanto en lo que se piensa, como en lo que se dice y se hace.
Un buen padre es aquel que participa en la vida en su hijo, lo enseña a escuchar, a ser solidario con los demás, busca su superación, estimula su capacidad crítica y el cumplimiento de sus objetivos aplicado los valores que le fueron instruidos; pero sobre todo, un padre ejemplar es aquel que logra hacer entender a sus hijos que la felicidad no se construye a partir de lo material, sino por medio del amor y dedicación que le otorgue aquello que los satisfaga.
María Méndez Coronel
UTEL Editorial
