¿Taladran en tu mente pensamientos de preocupaciones o temores? ¿Te han dicho que repites acciones sin que tú te percates de ello? Puede tratarse de un trastorno obsesivo-compulsivo.
Un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), es un trastorno de ansiedad en el cual una persona se siente impulsada a tener pensamientos perturbadores y/o a realizar ritos sin sentido. Se le diagnostica de este modo cuando los actos interfieren en la cotidianeidad de una persona y afecta el autoestima y la convivencia con terceros.
Este tipo de trastornos suele asociarse con el carácter o la personalidad del individuo, debido a esto no se le detecta de manera inmediata, su incidencia se ha vinculado con el estrato social alto, con predominancia en personas solteras, o a sujetos con coeficiente intelectual alto, no obstante dichas aseveraciones no han sido demostradas.
La famosa psicoanalista Karen Horney aseguraba que la ansiedad es una reacción del individuo ante amenazas reales o imaginarias, cuyo modo de actuación para evitarla se daba en tres fases: acercarse a la gente (sumisión), atacar a las personas (agresión) y rehuir del contacto humano (desapego), a esto le denominó, tendencias neuróticas. Auto-vulnerar el cuerpo y realizar actividades repetitivas, son un ejemplo tácito de lo anterior.
Es imperante hacer un paréntesis y diferenciar lo obsesivo de lo compulsivo, lo primero hace referencia a una actividad mental desmedida, imágenes recurrentes o pensamientos catastróficos que, en suma, son resultado de la ansiedad; imaginar escenarios infaustos, son un ejemplo claro de la obsesión.
La compulsión es la capitalización física de lo anterior, se manifiesta a través de comportamientos que sirven como mecanismos de respuesta para disminuir la ansiedad; por ejemplo: lavarse las manos, ordenar los objetos y limpiar de manera constante. El afectado presupone que estas acciones neutralizarán el malestar sin percatarse de que es un desorden neurológico.
Se ha relacionado al trastorno obsesivo-compulsivo con el desarrollo de la persona en el contexto social, la educación recibida cuando niño y los tratos recibidos en su educación. Otros especialistas afirman que se trata de un factor genético que puede o no desarrollarse, alteraciones en el lóbulo frontal del cerebro puede ser un causal del trastorno, sin embargo no se ha determinado con exactitud qué provoca el TOC; la suma de factores genéticos y sociales, son hasta ahora la explicación más reconocida por psicólogos y psiquiatras.
El espectro de las obsesiones y compulsiones es muy variado, no obstante se pueden agrupar de manera categórica de tipo, religioso-intelectual, físico-alimenticio, sexual, agresivo-temeroso, acumulador-informativo, etc. Cada una se subdivide en obsesiones particulares y existen otras que no entran en ninguna de las categorías citadas.
El TOC debe ser diagnosticado por un psicólogo o un psiquiatra, su tratamiento puede ser una terapia cognitiva-conductual, conductista o el empleo de fármacos especiales. Es importante ser un observador imparcial de uno mismo y ver con qué frecuencia realizamos actos fuera de lo ordinario, el oportuno diagnóstico de este trastorno repercutirá en una pronta recuperación.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
